La adrenalina, la velocidad y los nervios corren por sus venas; todo lo que ve son hileras de ventanas y una calle con carros y personas diminutas que cada vez se hacen más grandes, pareciera que el suelo es un final inminente.

Unos segundos antes, justo los necesarios, Santiago recuerda que puede volar y cumpliendo uno de los sueños más antiguos de la humanidad emprende camino hacia arriba, hacia las nubes. 

Cuando logra estar a una altura segura y disfrutando de las más impresionantes panorámicas de Bogotá, empieza a jugar con las edificaciones aledañas; cada obstáculo es un nuevo reto, cualquier rendija se vuelve un túnel, las figuras geométricas que se forman entre las construcciones son escenarios para hacer trucos, giros o vueltas imposibles en el aire. Santiago sobrevuela lugares que solo los pájaros más arriesgados han ocupado, ve la ciudad desde puntos inimaginables para cualquier ojo humano. 

Pareciera que lleva en el cielo una eternidad, pero han pasado tan solo 3 minutos, no hay tiempo de más, el vuelo ha terminado. Se quita su visor personal y vuelve a estar en la cima de un edificio, con su control y su drone, como cualquier mortal. 

Santiago descubrió su súper poder en 2014, estudiando Diseño Industrial, aquí en la U; la curiosidad por los drones lo hizo consumirse cuanto video de Youtube pudo, incluso, entendió que lo que él quería no era comprar un drone, sino construirlo. Así, a punta de comprar partes por separado, construyó su primer prototipo, desde cero, y empezó a probarlo en carreras con otros drones de amigos y en competencias de velocidad locales y freestyle. 

Cuando le preguntamos cómo llegó a ser uno de los mejores volando drones, nos dijo que lo más importante es la disciplina y constancia, “cuidar de mi seguridad, pues al estar inmerso en una realidad virtual siempre se necesita de un acompañante, y respetar las normas de la Aerocivil para no ir a infringir la ley o afectar a nadie en mitad de mis vuelos”.

Sin darse cuenta se fue ganando el sobrenombre de “Espeedy” por sus trucos y la velocidad que alcanzaba, hasta 120 km/h. Ahora no solo amaba volar, sino también correr por los aíres, pero claro, como todo amante de lo extremo, sintió que no había llegado a su límite, que algo faltaba, su afición por los drones iba más allá de la rapidez, volar también significaba ver el mundo desde otro punto de vista. 

“Empecé a perseguir a mis amigos a cuanto plan deportivo había, mountain biking, BMX, lo que fuera, los grababa con mis drones y luego a punta de tutoriales editaba los videos y los subía a mis redes” cuenta este piloto virtual.

En ese momento es que Santiago descubre que su camino son los drones de acción para el campo audiovisual, supo que podía hacer tomas imposibles para un realizador común y empezó a capacitarse en realización, edición y postproducción. Hoy en día utiliza sus drones para grabar películas, series, deportistas y comerciales de televisión. 

Si quieres ver un ejemplo de lo que graba Santiago mira este video: 

Santiago es un Súper Javeriano, combina sus conocimientos en la carrera con su talento “alterno”. Estamos buscando más personas como él ¿tienes tú también un “superpoder” en el campo artístico, deportivo, científico o social?

Súper Javerianos es una estrategia que promueve y premia a los mejores talentos de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Para concursar solo debes inscribirte. Si quedas seleccionado entre los mejores, te ayudaremos a crear un video que deslumbre a todos demostrando de que estás hecho.

•     Inicio de inscripciones / 5 de agosto de 2021
•     Fecha límite para concursar / 1 de septiembre de 2021
•     Videos de 10 seleccionados / 3 de septiembre de 2021
•     Videos de 5 finalistas / 1 de noviembre de 2021
•     Anunciar a los 3 ganadores / 29 de noviembre de 2021

Los mejores 3 videos de los 5 finalistas serán los ganadores de grandes premios, pero todos siempre serán parte de la Liga de Súper Javerianos.

Entra aquí y postúlate para ganar un Macbook una Tablet o un portátil.

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