[#if IMAGEN??]
    [#if IMAGEN?is_hash]
        [#if IMAGEN.alt??]
            ${IMAGEN.alt}
        [/#if]
    [/#if]
[/#if]
Comparte:

¿Le temes a la sostenibilidad?

Si le tienes terror a esa palabrita de moda, este artículo es para ti.

 

Sientes que se acerca lentamente, escuchas sus pasos, empiezas a sudar, un escalofrío te recorre todo el cuerpo, ya te ves comprando productos carísimos, pasando incomodidades, teniendo que privarte de los placeres de la vida. Poco a poco ves acercándose esa figura de hippie-chick de la Macarena, es inevitable, llegó tu amigo el de “la sostenibilidad”. 

  

Parece una película de terror, pero la verdad es que es cine clásico, y bastante anticuado, ya es tiempo de actualizarte, ser consciente de en qué siglo estamos, las problemáticas que rodean a nuestro planeta, y entender que hoy en día  vivir de una manera sostenible es mucho más sencillo y más fácil de lo que te imaginas, que no se trata de grandes sacrificios y que incluso ya realizas varias acciones en pro de la sostenibilidad, porque te parecen lógicas, y de las que ni siquiera te has dado cuenta.  

  

Alimentación

No se trata de volverte un conejo, si no quieres, pero cada vez hay más opciones para comprar comida y comer de manera saludable, sin gastar demasiado y ayudando al planeta.  

Las plazas de mercado y los mercadillos campesinos son una gran opción para comprar con menos plástico, menos tóxicos, apoyar al agro nacional y a su vez beneficiar al bolsillo, sabemos que la vida de estudiante no se caracteriza particularmente por mucha fluidez económica. Las tiendas de productos a granel se han puesto de moda y pueden ser un poco más caras que un supermercado, pero te aseguran que son productos pensados en el cuidado de la tierra y la naturaleza, las almendras, las pasas o el maní son un mecato fácil de llevar y de seguro contamina menos que una lata o una cajita Tetrapak, y bueno de paso te alimentas mejor. En cuanto al consumo de carne la recomendación de los ambientalistas es reducirlo, lo que más puedas, disminuyendo el sobrepastoreo que genera la industria carnívora, al tener menos consumidores, aumentaríamos un poquito la esperanza de vida sana de este planeta.  

Energía

Apaga las luces, no dejes el computador prendido toda la noche, desenchufa esos cargadores, usa bombillos LED ¿No son acciones que te exijan ser la próxima Greta Thunberg, o sí?  

Movilidad

¿Cuándo te imaginaste que a la vuelta de la esquina ibas a encontrar patinetas, bicicletas y hasta carros eléctricos? O mejor aún, muévete en tu propia bici. Si no ya existen un montón de aplicaciones para compartir carro, y los servicios de transporte desde aplicaciones online se han vuelto más accesibles y a muy buenos precios. Usar el carro ya no es necesariamente la única ni la más cómoda opción para desplazarse, y entre menos uses el carro más estás ayudando a este planeta.  

Agua y Plástico

En cuanto al plástico, solo se trata de decir NO, cada vez son más las marcas que se están pasando a otras materias primas para empacar sus productos. Si puedes elegir, elige la opción sin plástico, si no hay demanda se acabará su producción.  

En el mercado, ahorras tiempo si llevas tus propias bolsas y además no te toca pagarlas. Llevar tus botellas al trabajo o a las cafeterías no solo ayuda a producir menos basura, sino que te libra de virus y te da personalidad. Está muy bien visto llegar a una cafetería con tu termo y decir “veci, sírvamelo aquí”. Una botellita no te llena demasiado espacio y sí le quita mucha contaminación a este mundo.  

Por otro lado, no se trata de dejar de bañarte o no volver a lavar el carro para ahorrar agua. Con que reduzcas el tiempo en la ducha unos minutos, no dejes el grifo abierto mientras te cepillas los dientes, o pongas la lavadora en el ciclo más corto, estás haciendo bastante por el medio ambiente. Si tienes un jardín o terraza, un sistema de riego ahorrador no te quita mucha plata y los beneficios económicos y ecológicos son muy grandes. 

Como ves, llevar una vida sostenible es más sencillo de lo que podía ser hace una década. Incluso, está resultando más barato y cómodo que la vida “insostenible”, te libera y te quita preocupaciones, logras una mejor convivencia con tus cercanos y, como si fuera poco, ahorras plata.  

 

El cambio más importante es un cambio de actitud. Deja el miedo a lo que te hace bien, todavía estás a tiempo de aportar a cambiar tu presente y el futuro de las generaciones venideras. 

 

sostenibilidad y ambiente,articulo general