Apaga tu cámara, cierra tu micrófono, engállate con tu mejor tapabocas y quítate ese pantalón viejo de pijama que es hora de conocer a tus compañeros en persona.   

Sí, la sensación es bien extraña. Por un lado es emocionante saber que a pesar de lo trágico que ha sido todo esto, la ciencia nos ha traído esperanza y poco a poco nos vamos acercando a lo que conocíamos como “normalidad”, esa donde era común ir a un salón de clases, asistir a una charla, comprar en una cafetería, leer en la biblioteca, o por qué no echarse una siestita, reunirse entre amigos durante un hueco para echar chisme, estudiar juntos o ponerse al día a toda carrera con la tarea olvidada, acercarse a un profesor para una duda personal o para rogarle que suba esa décima, poder oler un pescadito, sentir el pasto de una playita, sentarse en unas escaleras a ver pasar gente, cosas que parecían tan sencillas y que ahora seguramente valoraremos como nunca.  

Eso por un lado, pero por otro hay confusión e incertidumbre. Seguimos en mitad de una pandemia, el mundo cambió, tu cambiaste, y estas cansado, pero también precavido y ahora resulta que volverás a ocupar espacios que no veías desde marzo de 2020. 

¿Todo será muy diferente?

¿Cómo debes prepararte para el regreso?

¿Lo estás haciendo bien? 

Hablamos con Juan Camilo Urrego, médico javeriano, salubrista y epidemiólogo, quien reconoce que al menos a corto y mediano plazo la experiencia universitaria va a cambiar.  

Cuidar a los demás y cuidar de nosotros mismos, que siempre han sido premisas importantes y hasta clichés, hoy en día deben ser acciones mucho más conscientes, y sí, son valiosas las medidas que ha tomado la universidad, menos alumnos por clase que permiten el distanciamiento y evitan aglomeraciones y la alternancia entre clases virtuales y presenciales, pero tú puedes hacer muchísimo más. 

La primera recomendación que nos da el doctor Urrego, enfáticamente y con toda seguridad, es la acción que se considera como la más efectiva contra el virus: corre a vacunarte.  

Esto, sin duda, va a mejorar y disminuir el riesgo de transmisión y a medida que seamos más los vacunados vamos a tener más libertad; incluso llegará el momento en el que, si la mayoría nos vacunamos, no sea obligatorio el tapabocas al aire libre y con distanciamiento, pero para llegar a semejante idilio es necesario que toda la comunidad se comprometa con la vacunación.   

Todas las vacunas sirven, todas las vacunas son buenas, nadie elije la marca del cinturón de seguridad que se pone al sentarse en un carro. Si tienes más de 20 años ya estás priorizado y puedes asistir a cualquiera de estos megacentros de vacunación, consulta los puntos aquí.

Claro, sabemos que aún los más jóvenes no están vacunados porque no ha llegado su momento de priorización, que llegará pronto, y por esto hay que poner especial atención en otras medidas de bioseguridad.

“Está comprobado que la probabilidad de contagiarse por Covid al aire libre es muy baja” dice el doctor Urrego y recomienda intentar priorizar las clases en espacios abiertos o al menos en salones con ventanas abiertas que garanticen buena ventilación, pues es preferible aguantar un poquito de frío o ver la clase con una buena chaqueta que terminar enfermo.

"El uso del tapabocas debe seguir siendo una prioridad, es una medida eficiente para la disminución de contagios, al menos mientras nos vacunamos todos" sostiene el epidemiólogo, recalcando que si se trata de clases que incluyan canto, baile o instrumentos de viento las medidas de distancia y  de evitar los espacios cerrados deben ser aún más estrictas.  

Lo mismo pasa con los espacios fuera de clase, hay que aprovechar las playitas y las terrazas, disfrutar de lo agradable de respirar aire fresco y de la sensación de sentirte seguro, pastear con distanciamiento, de nada sirve ponerte un tapabocas en clase si en las cafeterías vas a estar aglomerado.  

Otra cosa y sin entrar en pánico, es no confiarse. Ya sabemos que los tapetes y la toma de temperatura no sirven, bañar todo en alcohol puede que de una sensación de seguridad pero la transmisión del virus a través de superficies es muy improbable, tiene mucha más efectividad que te laves las manos de manera regular y no tocarte los ojos o la boca. “Un tarro de gel a la entrada de un lugar no es ninguna medida efectiva de bioseguridad” dice el doctor Urrego, en cambio estar vacunado y en espacios abiertos si puede hacer toda la diferencia.  

¿Y si yo o alguien de mi clase se contagia?

• No salgas de tu casa, “si te preocupó no contagiar a tus papás y no los visitabas, pasa lo mismo con tus compañeros de clase" ,cuidémonos entre todos.
   
•  Si tienes sospechas hazte una prueba.
   
• Si sale positiva avisa a tu clase para que ellos también se hagan una.

Con este virus tendremos que convivir un tiempo más, de nosotros depende que cada vez sea menos traumático, vacunémonos y tengamos comportamientos responsables 

 ¡Bienvenida sea la presencialidad!