Salud y autocuidado
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Para qué dormimos y qué pasa si dejamos de hacerlo

Tenemos cuerpos, metabolismos, características físicas y culturales, orientaciones e identidades muy diversas, pero si hay algo que todos los seres humanos tenemos en común sin distinción alguna es que necesitamos dormir. ¿Sabías que una persona pasa más de 200 mil horas durmiendo? Eso es 8.500 días de su vida, en promedio.

 

Puede que algunas personas duerman más que otras por preferencia, por buenos o malos hábitos de alimentación, actividad física y descanso, por cuestiones de salud o por sus condiciones de vida en general, pero es inevitable que todos durmamos, es una necesidad del cuerpo que no podemos evadir, y además es un placer, ¿o no?.

 

Independientemente de cuánto nos guste dormir, lo hacemos porque el sueño tiene unas funciones relacionadas con la reparación cerebral, con la reorganización neuronal y la consolidación y almacenamiento de información relevante, así como la eliminación de la que no lo es. También contribuye a la regulación de la temperatura corporal y de procesos metabólicos y hormonales, entre otros. No dormir puede tener efectos negativos no solo en la calidad de vida en lo cotidiano sino consecuencias para la salud. 

 

En 1964 unos estudiantes en Estados Unidos quisieron experimentar qué ocurría con el cerebro cuando no duerme, inicialmente con la intención de relacionarlo con actividad paranormal, pero los hallazgos no estuvieron relacionados con esto, sino con las funciones cognitivas. Entre otros hallazgos, pudieron ver que “partes del cerebro habían sido "secuestradas"; en otras palabras, partes de su cerebro descansaban y se reponían mientras otras estaban despiertas.”

 

Quizás este año con la cuarentena hemos experimentado los cambios de hábitos más evidentes en mucho tiempo, no solo de forma individual, sino también colectiva, y eso ha afectado los hábitos de sueño como nos muestra este estudio.

 

Algunos trastornos del sueño pueden estar relacionados con el cambio de hábitos, con la salud mental o con el uso de dispositivos tecnológicos, pero hay otros que vienen de condiciones físicas a las que también es necesario prestarles atención, como la apnea de sueño que es la interrupción repetitiva de la respiración durante el sueño y se da por el colapso de los tejidos blandos de las vías respiratorias, lo que evita que el oxígeno llegue a los pulmones. 

 

Te recomendamos este curso sobre apnea y trastornos de sueño para que puedas conocer más al respecto. Y si te interesa abordar este tema desde un conocimiento más especializado, puedes ver Apnea del sueño: nuevas tecnologías 

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