Salud y autocuidado
Comparte:

¿Y tú qué haces para desintoxicarte digitalmente?

Estamos rodeados de información, notificaciones, publicidad y redes sociales. Este es el mundo hoy y no podemos negarlo ni huír de él. Lo que sí podemos es ser más conscientes de cómo interactuamos con el universo digital que nos rodea y cuánto tiempo le dedicamos.

 

Un día cualquiera 

 

6:30 a.m. Suena el despertador y después de apagarlo con los ojos entreabiertos, lo siguiente que veo, –y ahí sí abro bien los ojos–, son muchos cuadritos rojos: 25 mensajes en WhatsApp de 5 personas y 3 grupos; 4 notificaciones de Facebook Messenger, 7 correos electrónicos, 15 nuevas publicaciones en Instagram y la tendencia del día en Twitter... 

 

Preparo el desayuno y mientras me tomo el café empiezo a saltar entre notificaciones. Mi cabeza empieza a hacer una lista de los pendientes del día, algunos mensajes quedan en visto. Leo el primer párrafo de un boletín, hago clic en un enlace que me sugiere el texto, cambio de tema. Entra una nueva notificación, respondo el mensaje, empiezo a oír un mensaje de voz mientras vuelvo al café. Alguien comentó la foto que otra persona acaba de publicar, me quedo haciendo scroll no sé durante cuánto tiempo...

 

Prendo el computador, respondo los correos urgentes. Empiezo a escribir la introducción del trabajo que debo entregar mañana. Entra un correo, me piden algo que debo consultar con otra persona, voy a WhatsApp, ¡este meme está buenísimo! tengo que reenviarlo al grupo de amigos, me quedo un rato y de ahí salto a las redes sociales: ¿qué tal este tipo? ¿cómo va a decir eso? necesito responderle porque no me voy a quedar con eso. Vuelvo al correo, publicidad, dos newsletters y un recordatorio del trabajo. ¡Ay, verdad, la entrega de mañana! 

 

¿Esta escena se te hace familiar?

– Si no lo es, ¡queremos conocerte, por favor! 

– Si sí, te damos la bienvenida a este “grupo de apoyo” para la desintoxicación digital. Sí, leíste bien, vamos a hablar de cómo desintoxicarte digitalmente.  

 

 

 

Mmm... piensa en esto:

¿Durante cuántos minutos puedes mantener la atención en una tarea? 

¿Sabes cuánto tiempo al día pasas viendo el celular? 

¿Te has sentido abrumado alguna vez por la cantidad de información que recibes y procesas al día? 

¿Has tenido la sensación de no alcanzar a ver todo o a responder todo? 

¿Te afecta sentir eso o te tiene sin cuidado?

 

Se abren muchas preguntas y hay tantas respuestas como personas en el mundo, así que más allá de responderlas, queremos dejarlas abiertas para que te las respondas a ti mismo, –si quieres, obvio–, pero sobre todo porque queremos traer unas reflexiones, y claro, también unas recomendaciones para que tu vida académica que ocurre total o parcialmente en la virtualidad no se vea afectada por tus niveles de intoxicación digital. 

 

¿Intoxicación?  

 

Vamos a las definiciones, una intoxicación es una reacción fisiológica causada por un veneno o por la acción de una sustancia tóxica o en mal estado. Si llevamos esa definición a nuestra mente y a los efectos que produce la cantidad de información a la que está expuesta, podríamos hablar también de intoxicación, ¿no?… o bueno, por lo menos podríamos definirlo como algo que no nos está haciendo del todo bien.

 

Si lo pensamos, nuestros hábitos de consumo digital son muy susceptibles de ser comparados con los alimenticios: nos excedemos, los descuidamos, dejamos que nos enfermen, e.t.c. Hay quienes se denominan adictos a la comida chatarra y otros al celular... ¿viste cuántos reconocieron serlo? ¡Ups! 

 

¿Y entonces qué hacemos? Quizás ante este panorama una desintoxicación no estaría nada mal. Un ‘detox’ es una estrategia de limpieza que ayuda a que el organismo elimine toxinas y residuos que no le hacen bien. Y bueno, si lo enfocamos en la salud mental, en la capacidad de atención y en la tranquilidad, ¿cómo podríamos hacerlo?

 

Pensemos primero en las consecuencias para la salud

 

Es que no es solo la cantidad de información que recibimos, sino la dependencia que tenemos con los dispositivos; estamos muchas horas frente al computador y cuando lo soltamos, pasamos al celular o al televisor.

 

Estar “pegados al teléfono” trae consecuencias no solo psicológicas como ansiedad y pérdida de la capacidad de atención, sino también sociales y físicas, por ejemplo, desviación de las vértebras por estar con la cabeza inclinada por mucho tiempo o síndrome del túnel del carpo por la posición con la que se sostiene el celular e incluso tendinitis en los pulgares por la forma en que escribimos o en el meñique por sostener todo el peso del teléfono solo con un dedo.

 

Nos puede afectar los ojos por no descansar del brillo de las pantallas, y hasta la calidad del sueño por el exceso de estímulos luminosos, es que hoy es normal que el celular sea lo último que vemos antes de ir a la cama y lo primero al despertarnos. 

 

En lo social se manifiesta de forma aún más inconsciente, cuando nos aislamos de la conversación que estamos teniendo con nuestros amigos o pareja; en medio de la charla ¡plop! resulta que llevamos un buen rato haciendo scroll en las redes sociales o hablando con alguien que no está ahí. Nos ausentamos sin ser conscientes del momento en el que ocurre. ¿O te ha pasado esto?: sacas el celular para ver la hora, te quedas ahí viendo mil cosas, lo guardas y... ¡Nunca viste qué hora es! entonces tienes que volver a sacarlo.

 

El análisis de estas consecuencias y las reflexiones que suscitan no son nuevas y sumadas a las del manejo de nuestros datos y a las manipulaciones políticas… pufff nos estalla la cabeza. Pero no queremos eso; la realidad es que para muchos, los dispositivos, las aplicaciones y las interacciones que nos permiten son muy importantes, entonces más allá de poner la discusión en términos de blanco y negro sobre la conexión e hiperconexión que hoy vivimos, queremos pensar en la forma en que podemos hacer más sana nuestra relación con la tecnología. 

 

En todo este asunto, al otro lado del espectro están los desconectados; ya se viene hablando de “ellos” desde hace un tiempo, mira este artículo donde se denomina así a las personas que han decidido prescindir de todo esto (aparatos y aplicaciones), o este experimento que hizo una periodista dejando de usar WhatsApp por un mes. También te compartimos la reflexión de Mariana, una activista colombiana que aborda temas de sostenibilidad, sobre el agobio digital. Es que el tema da para mucho.   

 

Pero bueno… volvamos a la idea del detox

 

Así como cada organismo reacciona de forma diferente a los alimentos y a los tratamientos clínicos o terapéuticos, las respuestas a todas las preguntas que hemos planteado también serán diferentes dependiendo de cada persona, así que lo primero que debemos saber es que no existe una fórmula mágica y que no pretendemos inventarnos una.

 

Cada quien sabe en qué medida algo le afecta y cuáles son las mejores estrategias para remediarlo. Aquí vamos a darte unas recomendaciones generales para que veas con cuál te quedas:

 

1.Toma consciencia de tu nivel de dependencia tecnológica y exposición a la información

 

Identifica qué tanto te está afectando, ¿Duermes bien? ¿Sientes ansiedad durante el día y no paras de revisar notificaciones o responder de inmediato a cada cosa que te aparece en la pantalla? ¿Has dejado a alguien hablando solo porque te pusiste a ver el celular? ¿Se te ha olvidado que estabas comiendo por ver el teléfono? ¿Lo primero que haces al despertarte es coger el celular? ¿Cuando no tienes el celular a la mano sientes que te vas a perder de algo urgente? Si la mayoría de respuestas a estas preguntas es sí, quizás tengas nomofobia. 

 

Responderlas te ayudará a identificar cuál es tu nivel de dependencia y qué acciones podrías empezar a implementar para que esto no te saque ventaja. 

 

2.Controla tu tiempo frente a las pantallas 

 

  • Establece un horario y cúmplelo: ya sabemos, no siempre es tan fácil, pero se puede intentar. Asigna horarios para cada cosa y aíslate de lo demás durante ese tiempo. Seguro que una hora de concentración en una actividad dará mejores resultados que tenerla en mente todo el día e ir avanzando de a poquitos, mientras saltas entre mil ventanas y tareas. La Técnica Pomodoro puede ayudarte en esta misión.   

 

  • Activa la opción de control del tiempo en tu celular: algunos celulares tienen la opción de control de tiempo y te muestran cuánto has pasado viendo el celular, incluso diferenciándolo por aplicaciones. O cuántas veces lo has desbloqueado. Esto te ayudará a tomar consciencia. 

 

  • Descarga alguna aplicación que te eche una mano: también existen aplicaciones que te dan esta información, pero además te ayudan poniéndote alertas o bloqueándote la pantalla según cómo la programes. Si te propones no ver el celular durante dos horas, no te dejará usarlo. Y tranqui que si algo realmente urgente pasa, te llamarán, seguro que no es taaaan importante como para que no puedas responderlo cuando estés con la atención dispuesta para eso. Algunas aplicaciones para esto son: ForestChecky Quality Time.   

 

3. Propónte metas alcanzables

 

Empieza por acciones puntuales y sencillas. 

  • Déjalo a un lado (pero lejos de ti) durante las comidas: concéntrate en lo que estás comiendo, disfrútalo y aprovecha ese tiempo para conversar con las personas con las que estás compartiendo la mesa.  

 

  • Asigna una hora al día para alejarte de las pantallas: sal a dar una vuelta y deja el celular en casa. Lee durante 30 minutos seguidos, pero antes apaga el celu o al menos desconecta los datos. Guarda el celular mientras haces ejercicio, o si lo usas para poner música, desactiva los datos o las notificaciones durante ese tiempo.  

 

  • Diseña horarios para responder correos: destina una hora en la mañana a responder correos y no vuelvas a hacerlo hasta el final del día. Responder de inmediato no es señal de responsabilidad o productividad, solo es la prueba de que todo el día estás pendiente de tus notificaciones y que tu atención se dispersa constantemente. 

 

  • Desactiva las notificaciones de las redes sociales: no tener el sonido, la lucecita intermitente o los cuadritos rojos te ayudará a disminuir los estímulos que le llegan a tu cerebro. Destina un momento del día para darte una vuelta y ver lo que ha pasado, pero que lo que está almorzando la amiga de tu prima no te haga perder la concentración en lo que tienes que hacer.   

 

  • Deja el celular afuera de la habitación o al menos lejos de la cama: inténtalo y fíjate si notas algún cambio. 

 

Cuéntanos cómo te va con tu detox digital… Nos encantaría saber.

salud y autocuidado, articulo general